“Las Abandonadas” y el melodrama latinoamericano

El melodrama se construye sobre la base de la cultura católica en dónde priman las representaciones que están vinculadas al dolor

“Las Abandonadas” (1945) es una película del director Emilio “El Indio” Fernández y protagonizada por Dolores del Río, quienes ya habían trabajado juntos en películas como “María Candelaria” (1944) y “Flor Silvestre” (1943). El film narra la historia de Margo, una mujer que en una primera escena vemos feliz junto a un hombre, el cual luego la abandona por ser un hombre casado, razón por la cual su padre la expulsa también de su casa y la vemos pasar por distintas dificultades para ser una madre soltera en los primeros años del siglo XX en México. La mujer, corrompida por los vicios y la vida ajetreada en la gran ciudad, termina siendo una dama de compañía que asiste a eventos de la alta sociedad donde conoce a Juan, un general del ejército con quien empieza a convivir sin que este sepa sobre su hijo. Hasta que una noche el general es asesinado y nos enteramos de que era un criminal suplantando su identidad, sin embargo, la mujer también es culpada y encarcelada. Años después al salir de la cárcel se reencuentra con Margarito, su hijo, pero prefiere mentir y fingir su muerte para terminar como una prostituta de la calle, ladrona y mendiga que hace lo posible para enviarle dinero a su hijo. Pasan los años y la mujer ya vieja no puede ni prostituirse, se dedica a robar y se reencuentra con su hijo, a quien lo ve convertido en abogado defendiendo a una madre, donde pronuncia las palabras “donde está una madre, está Dios”. Pero en la siguiente escena, su madre se le acerca y el hombre la confunde con una mendiga por lo que le da una moneda y se va.

El desarrollo del melodrama en el cine latinoamericano

Dentro de los géneros que surgieron en esta época en el cine mexicano, uno de los que más destacó fue el melodrama, el cual nace con la idea de ser films para llorar. Se dice también que el melodrama surge en la revolución francesa, porque las historias que se relataban previos a este suceso tenían como protagonistas a nobles con problemas de nobles, pero después de la revolución los protagonistas de las historias eran la nueva burguesía naciente, donde se empiezan a relatar historias del amor entre "gente común".

El melodrama de Estados Unidos era muy distinto al melodrama de América Latina, puesto que este melodrama se construye sobre la base de la cultura católica en dónde priman las representaciones que están vinculadas al dolor y que se puede alcanzar la redención a través de este, sumado a la cultura de una sociedad fuertemente machista que traspasa al cine, donde se terminan reforzando diversos cánones patriarcales.

El cine que se hacía Hollywood en esa época se alejaba del público latinoamericano porque este cine estaba fuertemente marcado tanto por la segunda guerra mundial como por los acontecimientos de la posguerra. Este cine era dirigido hacia las mujeres que se habían quedado trabajando, el mensaje principal era que se queden esperando a sus maridos, pero sobre todo que no miren a otros hombres.

La mujer al servicio del hombre

La película nos plantea desde un inicio que Margo (y la mujer en general) existe solamente para servir de alguna forma a un hombre. En un inicio Margo rechaza cargar a su hijo, hasta que la mujer le pega y lo escucha llorar, y de alguna forma se despierta su "instinto materno". A su vez, Juan la utiliza como excusa para desatender sus asuntos como general y no ir a combatir a la banda del automóvil gris, grupo con el que colaboraba para delinquir. Además, la protagonista no se siente digna, desde el principio su padre siente vergüenza de ella y por ello la bota de su casa. Más adelante vemos que no se quiere tomar una foto con su hijo porque al igual que las mujeres que se retiran primero de la mesa ella también es una prostituta, cosa que nos enteramos en la siguiente escena. También al momento de que Juan le pide matrimonio, ella manifiesta no ser digna de ser su esposa y prefiere seguir siendo su "sombra". Por último, también se hace mucha referencia a un pasado imborrable, refiriéndose específicamente a uno pecaminoso, en esa misma escena Juan le dice a Margo que debe dejar su pasado atrás, refiriéndose a su pasado como prostituta. Igualmente, cuando ella, después de salir de la cárcel va al orfanato a buscar a su hijo y después de decir que estuvo presa, el director le dice que eso ya es pasado pero que el pasado nunca se borra. 

Margo es arrastrada por las circunstancias, y principalmente por otro hombres, a sacrificarse, a renunciar a su dignidad y a través del dolor y sufrimiento intentar alcanzar algún tipo de perdón a través de convertir a su hijo en un gran hombre, cosa que como vemos al final, lo logra a pesar del alto costo.

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José Llontop Soy estudiante de la Universidad de Lima. Escribo poesía desde hace tiempo. Soy un hombre simple con una relación complicada con el cine y la literatura.
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