
El (doble) discurso político en el cine: So the men are free (1963)
Revisión y opinión de las dos realidades políticas demostradas en el documental So the men are free (1963).
What is So the men are free
Este es un documental dirigido por Williard Van Dyke, un estadounidense que, en conjunto con la CBS, explora el proyecto histórico que se dio en la hacienda Vicos, Ancash desde 1952 a 1962. El antropólogo Allan Homberg y su alumno, posteriormente socio, Mario Vázquez, decidieron ir a esta hacienda con un proyecto de desarrollo social cuyo propósito era otorgar a los indios un sentido “de dignidad” y una libertad de pensamiento y decisiones para sí mismos y su comunidad. El documental sigue cronológicamente el desarrollo del proyecto y es acompañado por comentarios de los organizadores, del presentador Walter Cronkite y gamonales. Si bien este film puede ser catalogado como “social”, al observar detenidamente el contexto ideológico-político de la época tanto mundialmente como en el país, se pueden identificar dos modelos políticos que impactan en la representación del proyecto y el discurso presente en el documental. En mi opinión, es un ejemplo claro de cómo el discurso político puede incluirse en el cine y funcionar de “propaganda” tanto como de exposición como de la realidad. Veamos por qué.
El discurso imperialista
Es 1952, la Guerra Fría y su pelea por la apropiación ideológica del mundo, capitalismo vs comunismo, está presente por todos lados. Estados Unidos trata de expandir su capitalismo a los países latinoamericanos, incluido Perú. Sabiendo que no solo el documental, sino el proyecto, provienen de individuos estadounidenses, surge la intuición de que el imperialismo puede reflejarse en esta situación de diversas maneras. Esto es confirmado por dos razones: la propaganda “beneficiaria” de los estadounidenses y la mención del mismo durante el documental.
La propaganda “beneficiaria” de los estadounidenses es muy evidente desde el principio del documental. Empiezan mostrando imágenes devastadoras, aunque reales incluso en la actualidad del Perú rural, que, si bien son precisas, el recurso parece ser utilizado como una mención de un Perú atrasado, incivilizado y en ruinas. Sin embargo, mientras más se desarrolla el proyecto, la civilización ingresa poco a poco al esquema de la hacienda Vicos. Se muestra el ingreso de nuevos instrumentos para cosechar papa, la reconstrucción de algunas casas, la implementación de la educación, incluso de educación femenina la cual, considerando la época y el lugar, es bastante novedoso. Si bien el ingreso de estos beneficios fue posible gracias al proyecto de Homberg y Vázquez, el énfasis en la “civilización gracias al imperialismo” es evidente.
Con respecto a la segunda razón, el imperialismo es mencionado varias veces en el documental. La mención más resaltante es una dentro de lo que expresa Mario Vázquez. Él explica que su proyecto es mal visto tanto por los conservadores como los izquierdistas, estos últimos debido a la creencia de que “trabajan para el imperialismo yanque”. Esto demuestra no simplemente un rechazo de la izquierda zonal, sino una percepción directa del control que puede ejercer la presencia del imperialismo.
El lado paternalista
Por otro lado, en el lado de la realidad peruana se observa una figura importante en la dinámica sociopolítica de los Andes: la figura del gamonal. El gamonal, en ese entonces, era este “patrón” que controlaba las tierras de los indios haciéndolos trabajar gratis y, a veces, bajo torturas. Esto es demostrado perfectamente por el gamonal Enrique Luna. Él mismo admite haber sido abusivo con los indios, pero también algo un poco inusual para los líderes abusivos: “A donde sea que voy, les digo a las personas lo que significa Vicos para mí, porque yo también soy un indio”. Esta es una característica especial de los gamonales, el paternalismo, que consiste en identificarse con los indios al vivir con ellos, pero en tratarlos como “inferiores” al realizar abusos cuando no trabajan para ellos.
Pero Enrique Luna no es el único gamonal que se presenta. El de la hacienda vecina, Leoncio Lopez también es entrevistado. Sin embargo, el enfoque de su entrevista es el abuso que ha cometido contra sus indios en un intento de desarrollo, pues este no estaba de acuerdo con la implementación general del proyecto. Es manifestado como “el malo”, quien no dejará que los indios sean libres.
Política invisible
El mensaje es claro: los nuevos “padres”, los que otorgan civilización y desarrollo, son los estadounidenses. Es una idea implícita que se nos demuestra durante todo el documental. Sustancialmente, es un mensaje de propaganda proimperialista. Y, aunque sea un documental de hace casi sesenta años, la política suele infiltrarse en los documentales de apariencia social. Si bien esto resulta lógico debido a que lo social no puede separarse, en algunos aspectos, de la política, en algunos casos esto mucho más tergiversado. Otro ejemplo sería The Propaganda Game (2015). Este documental explora la propaganda política presente en Corea del Norte, grabada desde ese mismo país. No obstante, también demuestra lo “exagerada” que puede ser la propaganda que se da desde el otro lado, desde Estados Unidos. A primera vista, parece ser un documental bastante objetivo, pero no se debe perder el hecho de que fue uno permitido por el régimen norcoreano, el cual no dejaría que existiese alguna duda sobre la efectividad de su gobierno. Así, los documentales a veces son víctima de una política invisible.


