
El Perú está hecho de metal y melancolía
Opinión de la perspectiva del documental Meetal en Melachonlie (1993).
¿Metal y melancolía?
“¡Oh, Perú de metal y de melancolía!”1
Ese es el penúltimo verso del soneto de Federico Garcia Lorca “A Carmela, la peruana”. Pero también, es una frase que menciona uno de los taxistas en este documental. Él menciona que un autor famoso había escrito esa frase sobre el país y se da la libertad de darle su propia interpretación. “Metal porque el sufrimiento y la pobreza se endurecen como el metal. Melancolía, porque nosotros también somos suaves y tenemos nostalgia del pasado”.
Pero, Metal y Melancolía también es un documental con un enfoque diferente. Este, dirigido por la holandesa-peruana Heddy Honingam, presencia Lima desde un ojo muy poco pronunciado: los taxistas limeños de los años noventa.
Los taxistas y su importancia
¿Por qué taxistas? ¿Por qué no habitantes cotidianos, independientemente de su profesión? Esto se puede explicar fácilmente si vemos un patrón común entre ellos; ser taxista era su segunda profesión. Muchos hacían de taxistas en sus ratos libres, puesto que su sueldo principal no les alcanzaba para vivir. Este incluso es el caso de un señor que trabajaba en el gobierno, en donde ganaba aproximadamente doscientos dólares, pero no le alcanzaba, por lo que necesitó ser taxista para subsistir. O, por ejemplo, del policía de investigación que tuvo que dejar de trabajar en ello porque ganaba muchísimo más como taxista. Si nos remontamos al año de las grabaciones, 1992, y analizamos su contexto, encontramos que estos casos eran muy comunes. Como explican los taxistas, el Perú estaba pasando por una crisis económica y social. La primera, por lo que había dejado el primer gobierno de Alan García; y la segunda porque Sendero estaba presente en la capital. Ante esta situación, ¿qué mejor perspectiva que la de los taxistas que tuvieron que serlo?
Primero que nada, estos son taxistas comunicativos, abiertos a una conversación cotidiana con su cliente. Muestran su verdadero ser, demuestran su humildad. Tanto en el sentido de palabra que describe la personalidad como en el sentido sutil que refiere su situación socioeconómica. Esto lo sabemos gracias a las historias y lugares que ellos llevan y cuentan a Honingam y a su equipo. Por ejemplo, un taxista los invita a conocer su pobre casa, sus hijos. Otro les comparte la historia de su primer amor imposible y reproduce una canción que sirve como memento de ella. Por último, una taxista los lleva al Presbítero Maestro a visitar la fosa común mientras les cuenta por qué no le tiene miedo a la muerte. Son personas con conocimiento amplio de la realidad. Recorren todos los lugares de Lima, escuchan un millón de historias, aparte de tener su propia.
¿Es esta entonces una buena visión para interpretar Lima? En mi opinión, sí. Bajo la perspectiva documentalista, que busca informar de una manera muy personal, muy diferente a reportar, la opinión de quienes no son normalmente consultados es la que vale más. De estas puedes sacar muchas conclusiones sobre la vida de personas comunes que son azotadas por la realidad. En este filme se observa eso, pues se observa la desigualdad creciente en el país y los trabajos que las personas son obligadas para sobrevivir a ella. Se muestra la parte humana de las personas a quienes vemos (y pagamos) a diario.
1. Soneto: https://www.poetasandaluces.com/poema/1951/


