“Shame y la adicción al placer sexual”

“Shame” (2011) dirigida por Steve McQueen

La película “Shame” (2011) dirigida por Steve McQueen relata la historia de Brandon, un adicto al sexo quien ve su vida dar una vuelta cuando su hermana Sissy interrumpe repentinamente en su vida.

Esta película es muy sincera en cuanto a la visión real de los adictos al placer sexual.

No es novedad que el sexo, la masturbación o la pornografía sean sumamente placenteros para las personas. Sin embargo… ¿cuándo se convierte esto en una adicción? Desde un punto de vista médico una adicción sólo puede ser llamada así cuando una persona siente una inmensa necesidad y es incapaz de controlar un determinado estímulo.

Se sabe que el sexo o mejor dicho el placer sexual es una necesidad biológica humana. El cerebro de nuestra especie fue moldeado durante miles de millones de años para buscar perpetuarnos mediante la reproducción. Follar, coger, hacer el amor o como se les dé la gana de llamarlo hoy en día. Un adicto/a al sexo vería este desarrollo cerebral como una perfecta excusa para su problema ¿verdad?

Bueno, ahora que ya definimos lo que es una adicción pasemos al tema principal. La adicción al placer sexual.

Mucha gente cree que esta adicción es un regalo de Dios. Que todo es placer, placer y más placer. La realidad es muy distinta a esto.

El placer sexual desata una enorme cantidad de dopamina en el cerebro, el problema con esto es que si se abusa puede provocar ciertos efectos negativos. Recientes estudios científicos encontraron que el exceso de dopamina realiza cambios químicos en el cerebro. Es decir, la adicción al placer sexual literalmente modifica el cerebro de una persona. Como en el caso de la adicción se proporciona una gran cantidad de dopamina, el cerebro no parará de buscarla constantemente. Además, al estar condicionado a mucho placer, el cerebro se verá incapaz de encontrar satisfacción en cualquier otra actividad  que no sea acorde a la adicción al placer sexual. Sin ir más lejos, los efectos físicos del abuso sexual pueden ir desde ciertas lesiones en la vagina o el clítoris en el caso de las mujeres, dolores testiculares o en el pene en el caso de los hombres. Un libro que habla sobre el tema es el siguiente.

Todo lo mencionado hasta ahora no es una carta intimidante para hombres y mujeres. Ni mucho menos una condena al placer sexual. Es una mirada menos romántica hacia esta adicción.

En Shame el protagonista (Brandon) demuestra conductas muy similares a lo que hemos platicado. Llega a almacenar pornografía en la computadora de su trabajo (quizás como una travesura que nadie debe descubrir que ponga su cerebro a correr). Sin embargo, el verdadero clímax llega al final para Brandon  cuando en su fallida búsqueda de saciarse con una mujer no tiene más remedio que complacerse con un hombre.

Aclaro que la homosexualidad no es una conducta condenable.

Si no que para nuestro protagonista (un hombre de treinta y tantos años heterosexual) es llegar a jugar la última carta, la última opción a la que recurriría en un momento de desesperación.

0 comentarios


Richy Gonzáles ¡Hola! El cine es mi vida. Y me gustaría compartirla contigo.
Síguelo en: