The Farewell: reencuentros y despedidas familiares

La película de Lulu Wang nos invita a pensar en la familia y aquellos momentos importantes, trágicos y/o alegres, que vivimos.

En ocasiones anteriores estas líneas fueron dedicadas a algunas películas que nos presentaron historias introspectivas, personales e íntimas alrededor de la importancia de los recuerdos, de los procesos de duelo, del luto y del pasado. Películas como Cerulia, I think this is the closest to how the footage looked y I lost my body nos cuentan experiencias que se viven después de la pérdida de alguien importante: los abuelos, la madre o incluso el propio cuerpo, respectivamente. Todas estas historias hablan de un tiempo posterior a esta pérdida; sin embargo, este no es el único proceso que algunos de nosotros vivimos, y creo que es importante hablar de ello: es difícil aceptar que alguien ya no está, pero recibir la noticia de que a una persona querida ya no le queda mucho tiempo puede llegar a ser incluso más confuso y complicado. ¿Cómo vives día a día con ese temor inminente? ¿Cómo sabes cuál despedida será la última? Son preguntas que muchos hemos tenido a lo largo de nuestras vidas. Cada uno tiene una visión diferente sobre cómo accionar al respecto, y dentro de las familias puede haber posturas completamente opuestas. Cuando vi The Farewell, una gran película dirigida por Lulu Wang, no pude evitar hacerme esas preguntas. 

Esta historia está “inspirada en una mentira real”, como dice la película al comienzo. The Farewell nos pone en los pies de Billi, una chica que viene de una familia china, pero desde su infancia ha vivido en Estados Unidos junto a sus papás. Su abuela Nai Nai, quien se podría considerar la matriarca de toda la familia, padece de cáncer, por lo que todos deciden regresar a Changchun, su pueblo natal en China, para poder ver a la abuela una última vez. Sin embargo, hay algo importante a tomar en cuenta: toda la familia le oculta a Nai Nai su enfermedad. Con excepción de Billi, dentro de su familia existe la costumbre de no informarle a un paciente su condición porque, como la mamá de Billi dice, es más probable que una persona con cáncer muera por el miedo y la depresión que ocurren tras enterarse de aquella noticia, que por la enfermedad misma. Entonces, toda la familia arma una excusa: un primo va a regresar a Changchun a casarse, y eso permite que todos vayan una última vez a China a visitar a Nai Nai, ocultando el verdadero motivo de su viaje.

Es una situación compleja la que nos plantea The Farewell: estamos viendo a personas que aparentan la alegría y festividad tradicional de un encuentro familiar o de una boda, pero luchan con no hacer visible su tristeza y su dolor para no preocupar a la abuela. Quizá uno de los momentos que mejor nos muestra estos conflictos se ve en una de las primeras veces que toda la familia se sienta a comer. La comida es un espacio sagrado dentro de la familia, y todos están agrupados en la mesa mientras Nai Nai conversa. El padre de Billi, hijo de Nai Nai, intenta ponerse un bocado de comida a la boca mientras lucha por esconder las lágrimas que se quieren salir de sus ojos. Al igual que él, muchos en la mesa están viviendo esa misma experiencia. Billi perdió el apetito, como es entendible, pero cuando la abuela le ofrece comida ella sabe que no puede rechazarla. “Ha pasado mucho tiempo desde que todos hemos estado aquí, he estado esperando este día por mucho tiempo” dice Nai Nai, quizá sin entender el subtexto que traen consigo sus palabras. Billi y su familia tienen la oportunidad única de ver a esa persona querida una última vez, pero ellos deben “comerse” sus penas y esconder su dolor. Ellos guardan luto en vida.

Como ya hemos mencionado antes, toda la familia ha llegado al pacto de ocultarle la información a Nai Nai, y quizá la única persona que no entiende esta postura es Billi. Ella cuestiona, desde su perspectiva, qué tan ética es esa situación, y esto la hace chocar muchas veces con su familia e incluso con personas externas. En una escena en particular, Billi y Nai Nai están en un hospital escuchando al doctor, quien habla en mandarín, decirle a la abuela que sus tumores son benignos. Aprovechando que su abuela no sabe inglés, Billi confronta al doctor en inglés y le pregunta por qué dijo esa mentira, él le responde “porque es una buena mentira”. Es interesante navegar por estos puntos de vista, y ver cómo estas concepciones personales pueden chocar con el entorno cultural en el que están. Billi fervientemente cree que una persona tiene el derecho de saber que no le queda mucho tiempo para que tenga la oportunidad de darle un cierre a las cosas que desee y pueda entrar en paz con su mortalidad; sin embargo, un tío le confronta diciendo “tú crees que la vida le pertenece a uno mismo, pero acá la vida de una persona es parte de un todo”. Hay un contraste entre individualismo y colectivismo, y The Farewell hace el acierto de no poner una postura como “correcta”: por el contrario, la película intenta mostrar cómo, en el fondo, concepciones que pueden ser consideradas tan opuestas tienden a cargar los mismos sentimientos humanos. El amor, el dolor, la tristeza, son los mismos para todos, solo que cada uno lo maneja de forma distinta.

Sin embargo, decir que la película solamente trata sobre el manejo del dolor sería subestimarla. En el núcleo de The Farewell vemos una historia sobre la familia y sobre el amor que se tienen Billi y Nai Nai. Casi todos migraron a distintas partes del mundo y construyeron sus propias vidas, pero encontraron en esta boda un espacio de reencuentro, en el que toda la familia está junta de nuevo, a pesar de las circunstancias. Podemos ver esto en Billi, por ejemplo: la conocemos como alguien que no es muy sociable, apática y sin ninguna motivación más allá de vivir el día a día. El único momento en el que ella es feliz es cuando conversa por teléfono con Nai Nai, y por eso regresar a China es muy importante para ella. Solo con ver cómo ella va soltándose mientras está allá nos ayuda a ver cuánto bien le hace estar ahí. En una conversación que tiene con su madre, Billi la confronta por haberla llevado a Estados Unidos cuando era pequeña, algo que siento que se había guardado por décadas y recién pudo salir a flote gracias a ese viaje. En Changchun ella es más feliz, y la relación con su abuela es el núcleo más poderoso que hay en esa familia. Cuando Billi le pide a su familia quedarse en China a cuidar a su abuela podemos conocer quién es ella realmente, y cómo Nai Nai la hace querer ser una mejor versión de ella misma. Y este amor entre abuela y nieta es mutuo, como podemos ver al final, cuando Nai Nai entra en lágrimas al ver que Billi se va de regreso a Estados Unidos. 

Este concepto de “familia” mueve toda la película, y es lo que convierte a la secuencia de la boda en uno de los momentos más emotivos y contradictorios. Nos hemos estado preparando para este gran momento, ese gran clímax para toda la familia. Lo podemos ver cuando el padre de Billi se para en el estrado a intentar dar su discurso, pero no puede guardarse las lágrimas, pero también lo vemos cuando Billi sale a hablar: lo único que dice es que está feliz de estar nuevamente en China, y lo especial que es ser parte de esta gran familia. Conforme va avanzando la boda, la tristeza empieza a disiparse y vemos cómo todos empiezan a tener momentos de alegría y diversión: juegos, bebidas, karaoke y risas ocurren a lo largo de toda la noche. La boda, una excusa inventada para vivir un momento de mucha tristeza se terminó convirtiendo en un raro espacio de alegría, uniendo a toda la familia, aunque sea una última vez.

Cada vez que veo esta película no puedo evitar pensar en ese momento de la boda y mirar con añoranza todos aquellos momentos en los que una familia se encuentra nuevamente. Me quedo pensando mucho en las acciones que hicieron los parientes de Nai Nai, y cómo todo terminó desarrollándose. Hay una simple conclusión a la que puedo llegar: es difícil saber cómo lidiar con noticias trágicas, así como es complicado encontrar un balance entre vivir con la pena de saber que una persona querida tiene una enfermedad terminal con seguir dándole momentos de alegría pura. The Farewell encontró un bello balance donde combina la importancia de la familia con una discusión sobre cómo cada uno lleva este luto adelantado, y puedo decir, por experiencia personal, que te permite mirar al presente y al pasado con añoranza y cariño, pensando en aquella persona importante que nosotros consideramos nuestra Nai Nai.

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Paulo Corrêa Estudiante de Comunicación Audiovisual apasionado por el mundo audiovisual, los videojuegos, y el placer de contar historias.
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